Las aftas, también conocidas como úlceras orales, son lesiones pequeñas y dolorosas que pueden desarrollarse en el interior de la boca. Estas irritantes llagas pueden hacer que comer, beber e incluso hablar sea un reto. En este post analizaremos las causas, opciones de tratamiento y consejos de prevención de las aftas, para que puedas controlarlas eficazmente y minimizar su impacto en tu vida diaria.
Entender las aftas
Las aftas son llagas o úlceras poco profundas, redondas u ovaladas, que se forman en los tejidos blandos de la boca, incluidas las encías, la lengua y la cara interna de las mejillas. Suelen ser blancas o amarillentas, con un borde rojo, y su tamaño puede variar desde unos pocos milímetros hasta lesiones más importantes. Aunque se desconoce la causa exacta de las aftas, factores como el estrés, las lesiones tisulares, ciertos alimentos, los cambios hormonales y los problemas de salud subyacentes pueden contribuir a su desarrollo.
Tratamiento de las aftas
Aunque las aftas pueden ser molestas, suelen curarse por sí solas en una o dos semanas. Sin embargo, hay varias opciones de tratamiento que pueden aliviar el dolor y favorecer una curación más rápida. Las pomadas tópicas de venta sin receta y los enjuagues bucales que contienen benzocaína o peróxido de hidrógeno pueden ayudar a adormecer la zona y reducir la irritación. Aplicar una pequeña cantidad de leche de magnesia o una mezcla de agua y bicarbonato sódico como enjuague bucal también puede proporcionar alivio. Además, tu dentista o profesional sanitario puede recetarte medicamentos como corticoesteroides o enjuagues bucales antimicrobianos para los casos graves o recurrentes.
Remedios caseros y autocuidados
Además de la medicación, hay varias prácticas de autocuidado y remedios caseros que puedes probar para controlar las aftas. Entre ellas está evitar los alimentos picantes, ácidos o abrasivos, que pueden irritar aún más las aftas. Enjuagarte la boca con una solución de agua salada (1/2 cucharadita de sal disuelta en 250 mL de agua tibia) varias veces al día puede ayudar a reducir la inflamación y favorecer la curación. Utilizar un cepillo de dientes de cerdas suaves y practicar una buena higiene oral para mantener la boca limpia puede prevenir la infección y ayudar a la recuperación.
Consejos de prevención
Aunque las aftas no siempre pueden prevenirse, ciertas medidas pueden ayudar a reducir su frecuencia y gravedad. Evitar los desencadenantes, como los alimentos muy ácidos (cítricos, tomates), los picantes y los afilados o crujientes, puede minimizar la irritación. Controlar el estrés mediante técnicas de relajación y mantener una dieta equilibrada rica en vitaminas y minerales también puede contribuir a prevenir las aftas. Si sospechas que determinados productos de higiene bucal, como la pasta dentífrica o el colutorio, pueden estar causando las aftas, considera la posibilidad de cambiar a alternativas más suaves.
Cuando buscar ayuda profesional
La mayoría de las aftas se curan sin intervención médica. Sin embargo, es esencial consultar a un profesional sanitario si las aftas son inusualmente grandes, duran más de dos semanas, van acompañadas de dolor intenso o interfieren con tu capacidad para comer o beber. Estos síntomas pueden indicar un problema de salud subyacente o requerir un tratamiento más especializado.
Conclusión
Enfrentarse a las aftas puede ser una experiencia dolorosa y molesta, pero comprender sus causas, aplicar tratamientos adecuados y adoptar medidas preventivas puede ayudar a controlar su impacto. Con una combinación de prácticas de autocuidado, remedios sin receta y orientación profesional, puedes encontrar alivio y minimizar la reaparición de aftas. Recuerda que mantener una buena higiene bucal, identificar los desencadenantes y buscar ayuda profesional cuando sea necesario son pasos esenciales para aliviar las molestias asociadas a las aftas y fomentar la salud bucal.